¿Qué influenciará en el comportamiento del consumo en el 2024?

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La transformación y democratización de la Inteligencia Artificial (IA) están reconfigurando el panorama empresarial, exigiendo una adaptación estratégica para mejorar la conexión con los consumidores y ofrecer experiencias enriquecedoras.

La economía de América Latina se encuentra en un punto de inflexión, con previsiones que indican un crecimiento del PBI regional de solo el 1.6% este año, según el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU (DESA). Esta cifra representa una desaceleración desde el 2.2% registrado el año anterior, evidenciando los retos que enfrentan economías clave como Brasil, México y Argentina.

No obstante, se anticipa un cambio positivo con un repunte al 2.3% para 2025, marcando un horizonte de recuperación y oportunidad. Esta proyección se enmarca en una serie de transformaciones que impactarán en el comercio internacional y el comportamiento del consumo. Desde nuevas tecnologías reconfigurando la manera de hacer negocios, hasta dinámicas geopolíticas, financieras y sociales.

"Nos enfrentamos a una dualidad de incertidumbres: por un lado, la demanda de petróleo cada vez más volátil que exige ajustes continuos en la producción, complicada por la necesidad de consenso dentro de la OPEP; y por otro, la inestabilidad de la economía china, particularmente agudizada por la crisis de Evergrande, la inmobiliaria más endeudada del mundo. Estos factores, sumados a la intervención de los bancos centrales en las tasas de interés y su efecto sobre el acceso al crédito, configuran un escenario que impactará significativamente los patrones de consumo a corto y mediano plazo", explica Willard Manrique, CEO del Grupo Crosland y especialista en Dirección Comercial del PAD.

La democratización de la inteligencia artificial (IA) abre nuevas oportunidades para las empresas, impulsando a estas a readaptar sus estrategias para mejorar el alcance, incrementar ventas y enriquecer la experiencia del cliente. Con su creciente aplicación en sectores como la salud, finanzas e industria, el experto señala que “la IA no sólo dinamiza la generación de contenido, sino que también introduce desafíos éticos y legales. Esta evolución ofrece un terreno fértil para la innovación en marketing, entretenimiento y personalización a gran escala, redefiniendo la conexión entre empresas y su audiencia”.

Más allá de su influencia en el ámbito empresarial, Manrique sostiene que se debe considerar el impacto de la IA en las relaciones humanas y cómo esta puede mejorarlas, a través de asistentes virtuales y entretenimiento interactivo, creando oportunidades en tecnología de consumo y bienestar, sugiriendo un crecimiento en mercados que facilitan conexiones significativas mediante la tecnología.

El innovador desarrollo de hardware y software está influyendo en una dinámica renovación tecnológica. El lanzamiento de productos como las gafas de realidad virtual de Apple -las cuales se estiman una venta de 350 mil ejemplares- y dispositivos de IA como el Rabbit R1 de la startup Rabbit -que, en un solo día, vendió 10 mil unidades- sólo ilustra el impacto de la tecnología en el consumo de contenidos y entretenimiento, teniendo una mayor acogida en algunos sectores.

Estas tendencias apuntan hacia un futuro con una mayor conciencia ambiental, un acceso ampliado a tecnologías inmersivas, un cuestionamiento cada vez mayor frente a los contenidos generados por la IA y una revalorización de marcas consolidadas frente a la información de calidad cuestionable. El especialista del PAD advierte sobre la importancia de la regulación en este nuevo entorno, donde "los reguladores tomarán un rol más activo, con implicaciones significativas para los flujos económicos y comerciales globales".

Este enfoque no solo busca mantener un equilibrio en el mercado sino también proteger a los consumidores y asegurar un desarrollo sostenible. A pesar de los desafíos económicos inmediatos, América Latina se dirige hacia un futuro marcado por la innovación tecnológica y el potencial de crecimiento. La adaptación a las nuevas tendencias y la inversión en tecnologías emergentes como la IA pueden ofrecer a la región un camino robusto hacia la recuperación económica y el desarrollo sostenible.