Productividad laboral: ¿por qué cada trabajador en el país está generando S/3,000 menos en promedio al año?

Educacion ejecutiva
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El IPE presenta su boletín "Determinantes de las brechas de productividad laboral según regiones en 2012-2022", donde analiza los factores detrás de las diferencias regionales de productividad laboral.

La productividad laboral en el Perú ha experimentado un notable declive a partir de la pandemia, afectando el potencial de crecimiento de la economía del país y su capacidad para reducir la pobreza. Al inicio de 2023, la productividad se encontraba 9.5% por debajo de las cifras que se habrían alcanzado sin la pandemia, resultando en S/ 3,000 menos producidos por trabajador al año.

A pesar de las mejoras en las últimas décadas impulsadas por las reformas de mercado de inicios de 1990, aún persisten brechas significativas de productividad según regiones. En 2022, la productividad laboral en Moquegua fue ocho veces la de San Martín o Amazonas. Comprender los factores que explican estas diferencias es clave para lograr un mayor crecimiento e incrementar la calidad de vida de la población.

En este contexto, el Instituto Peruano de Economía (IPE), mediante su reciente boletín "Determinantes de las brechas de productividad laboral según regiones en 2012-2022", identifica que las brechas regionales de productividad entre el 2012 y 2022 se explican, principalmente, por las diferencias en Capital humano, Eficiencia de mercados e Infraestructura. Estas disparidades se evidencian en el acceso a servicios básicos y a la calidad de la salud y educación, así como a la alta informalidad laboral, entre otros indicadores.

Por ejemplo, en Lima, el 90% de los hogares tenían acceso a los tres servicios básicos en 2022, en contraste con solo un tercio en Loreto y Ucayali. Asimismo, resaltan las disparidades dentro de una misma región. En Cusco, por ejemplo, el acceso a servicios básicos varía, desde un 90% en el distrito de Cusco hasta solo 3% en el distrito de Megantoni, según el último Censo 2017.

Estos resultados destacan la necesidad de implementar reformas que aborden los determinantes de la productividad a nivel nacional y territorial. En particular, el Plan Nacional de Competitividad y Productividad (PNCP) 2019-2030 propone una serie de medidas concretas para mejorar la calidad de la educación, reducir las barreras a la competencia y promover la inversión en infraestructura.

En Infraestructura, por ejemplo, se ha promovido el lanzamiento del Plan Nacional de Infraestructura para la Competitividad (PNIC). Sin embargo, solo logró un avance financiero del 11.7% en los proyectos prioritarios desde su publicación en julio de 2019 hasta octubre de 2022. Para acelerar la ejecución de proyectos, es imperativo mejorar los procesos de adquisición de predios, aprobación de permisos y resolución de conflictos.

Por otro lado, con el fin de impulsar un mercado laboral más eficiente y productivo, es clave la modernización del marco normativo laboral y la simplificación de los regímenes tributarios. También resulta necesario corregir el proceso de descentralización iniciado en 2002 para fomentar una mayor transparencia y rendición de cuentas. De no cerrarse estas brechas estructurales, algunas medidas como otorgar incentivos tributarios solo ofrecerán beneficios temporales a un alto costo para los ciudadanos.

Atender las brechas de productividad es clave para impulsar un mayor crecimiento, mejorar la calidad de vida de la población y fortalecer la competitividad de la economía en un entorno global. Las reformas que se implementen en los próximos años definirán el rumbo de su economía y bienestar de los peruanos en el mediano y largo plazo.

Para mayor información, se puede revivir la presentación virtual aquí, descargar la presentación respectiva aquí, el resumen ejecutivo aquí o el boletín "Determinantes de las brechas de productividad laboral según regiones en 2012-2022" completo mediante este enlace.