Imagen del país debe mejorar para atraer nuevas inversiones

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Si bien las empresas extranjeras ven al Perú como una economía relativamente estable y con cifras fiscales positivas, aún les genera desconfianza para invertir debido a la crisis política y social que se arrastra desde el año pasado, opinó el director del Centro de Investigación de Economía y Negocios Globales de la Asociación de Exportadores CIEN-ADEX, Edgar Vásquez Vela.

 

Durante su intervención en la mesa de trabajo ‘Estado situacional de la economía peruana: Análisis, perspectivas y proyecciones’, organizada por el Congreso de la República, señaló que el Estado aún no hace ningún tipo de campaña agresiva a fin de recuperar la imagen del Perú en el exterior.

“Cuando los empresarios peruanos tratan con clientes internacionales, muchos de ellos destacan las bondades de nuestro país en cuanto a productos y servicios, pero no sucede lo mismo respecto al entorno de negocios. Necesitamos inversiones productivas, que vengan nuevas industrias, pero para ello debemos generar confianza en el entorno internacional y no vemos la ambición de lograrlo”, aseveró.

En ese sentido –prosiguió–, el camino es realizar un trabajo conjunto con el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur), las Oficinas Comerciales del Perú en el exterior (OCEX), PromPerú, el Ministerio de Relaciones Exteriores (RR.EE.) y el acompañamiento del sector privado.

Proyectos 

Vásquez Vela explicó que este año se caracteriza por una caída en la demanda internacional en un contexto de desaceleración económica mundial, en la que las grandes economías –incluyendo China– estarán ralentizándose, lo cual terminará afectando el desenvolvimiento de las exportaciones peruanas, sumado a los conflictos sociales, condiciones climatológicas adversas y una baja cotización de los commodities.

“Los envíos cerrarían el 2023 con una contracción de -0.7% y con posibilidad de una revisión adicional con caída de -1% a más, alcanzando los US$ 63 mil 208 millones, interrumpiendo así 2 años de buen comportamiento con alzas de 4.5% en el 2022 y de 48% en el 2021”, recordó.

Respecto al sector tradicional, si bien los despachos mineros aumentaron sus volúmenes gracias a inversiones como la de Quellaveco, las cotizaciones están por debajo de los niveles del año pasado, lo cual se verá reflejado en las cifras de los próximos años.

“No hay nuevos proyectos que avizoren su materialización en el corto plazo y eso es un inconveniente para el crecimiento futuro, y los actuales en cartera siguen sin tener un horizonte claro tanto en el sur, norte y otras regiones. Las autoridades deben tomar un rol más activo pues hay una tensa calma, pero deben solucionar los problemas que aquejan a las poblaciones asociadas rápidamente para viabilizar dichos proyectos. Recordemos que la minería representa el 60% de nuestras exportaciones”, acotó.

Asimismo, el sector no tradicional sería el más perjudicado, sobre todo actividades como las confecciones, químico, siderometalúrgico, entre otros, por la menor demanda mundial, lo cual influirá de forma directa en la empleabilidad al ser rubros bastante intensivos en mano de obra, en especial la agroindustria.

“Las exportaciones generan 4 millones 400 mil empleos entre directos, indirectos e inducidos, de los cuales el agro representa 2 millones 200 mil. Eso significa un número importante de peruanos con mejores posibilidades gracias al comercio exterior. Por ello debemos pensar en aprovechar las amplias oportunidades que el Perú viene generando con los Tratados de Libre Comercio”, apuntó Vásquez Vela.

Finalmente, instó a retomar la agenda pendiente relacionada a mejorar la productividad y competitividad en el sector exportador, pues los actuales costos logísticos son altísimos en cuanto a transporte, documentación, almacenaje, seguridad, entre otros aspectos, ocasionando una considerable desventaja frente a competidores de otros países.