En el marco del primer Congreso Regional de Estudiantes de Contabilidad, Emprendedurismo y Negocios – Crecen, que organizó la Universidad de Piura( Udep), la magíster Sussy de los Ríos Botteri expuso la conferencia “Skills para el desarrollo personal y laboral”, en la que abordó la importancia de las habilidades blandas que hoy en día deben tener sí o sí los profesionales para tomar mejores decisiones, tanto a nivel personal como profesional, sobre todo, en esta nueva normalidad que es más flexible a los cambios.

“En los últimos dos años, los trabajadores han estado surfeando olas, experimentando grandes cambios a nivel personal y profesional, cambios en profundidad y velocidad que los han llevado a replantearse nuevos deseos para su carrera profesional”, comenta Alfredo Alfaro, experto en gestión del talento y Top Voices LinkedIn 2019, en el e-book “5 tendencias en la gestión de equipos pospandemia”, publicado en alianza con La Protectora, corredora de seguros líder del país.

La experiencia del formato híbrido, el uso de nuevas tecnologías para segmentar la información, el crecimiento de la omnicanalidad y la búsqueda de marcas más sostenibles, son solo algunos de los cambios que llegaron tras la pandemia para quedarse en el mundo del marketing. Sin embargo, los retos siguen siendo los mismos: el valor del producto y su disponibilidad son las principales fuerzas que continúan moviendo la decisión de compra de los consumidores.

El liderazgo conjuga habilidades que ayudan a conducir y acompañar a un equipo para el logro de objetivos, siendo la competencia de liderar un elemento fundamental que potencia la capacidad gerencial de CEOs de cualquier organización, haciéndolos capaces de influenciar en su grupo, de proporcionar ideas innovadoras, y motivar a cada compañero y colaborador para sacar lo mejor de sí, siempre con el objetivo de alcanzar metas.

Urge preservar un manejo macroeconómico responsable del Perú y no arriesgar el bienestar que genera sobre la ciudadanía, pues contribuye a sentar las bases para un crecimiento sostenido; reducir las brechas de desarrollo y avanzar en materia social. Más inversión, empleo e ingresos, y menos inflación, pobreza y desigualdad, por mencionar algunos de sus beneficios más latentes sobre la economía y la ciudadanía.