Señales de alerta de la zona de confort empresarial

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Salir de la zona de la comodidad es tarea clave para adaptarse a los cambios y asegurar la supervivencia a largo plazo de cualquier empresa.

Permanecer en una situación de excesiva comodidad y seguridad, un comportamiento rutinario que carece de una actitud impetuosa de asumir riesgos, se le conoce como la "zona de confort". Actualmente, este concepto del que se habla con frecuencia suele asociarse más a un ámbito personal o profesional; no obstante, también se presenta en la gestión empresarial.

El confort empresarial es un momento de estabilidad financiera en un negocio, que, a simple vista, significa algo bueno. Sin embargo, si pensamos a largo plazo, ¿qué tan contraproducente es seguir aplicando lo mismo por un largo periodo?

Orlando Borja, Chair de Vistage Perú, enfatiza que todo es reemplazable en la vida como también en los negocios. Si la fórmula no varía, no se fomentará una cultura de innovación ni se aprovecharán oportunidades valiosas y solo se conformará con vivir de reminiscencias del pasado.

El empresario cita ejemplos de grandes compañías emblemáticas como Blockbuster, Kodak y Nokia, que cayeron en una situación de pasividad y de resistencia al cambio al pensar que sus productos o servicios nunca serían reemplazables. El miedo de salir de lo conocido o seguro los condenó a la declinación del negocio.

“Muchas empresas desconocen que la etapa de comodidad es transitoria y no previenen riesgos como la obsolescencia de sus procesos, la temible “comoditización” que genera una falta de innovación o carencia de una diferenciación, pérdida de rentabilidad y del talento humano, incremento de costos debido al escaso uso de la tecnología y finalmente, la quiebra definitiva”, sostuvo Borja.

Entonces, ¿cómo podemos identificar si una compañía atraviesa una etapa de confort empresarial? El empresario nos ayuda a identificar las seis señales de alerta:

  • Bajo índice o estancamiento de crecimiento, falta de nuevos proyectos, productos y/o servicios o disminución de clientes.

  • Falta de innovación en productos, servicios o sus procesos y la resistencia a adoptar nuevas tecnologías.

  • Planilla, con énfasis en ejecutivos, con años de experiencia en el mismo puesto y con poca (o nula) actualización profesional.

  • Poco desafío en los equipos de trabajo, que causa desmotivación y creatividad limitada.

  • Encantarse tanto de tus productos o servicios, que pierdes el enfoque en tu cliente o consumidor y en las tendencias actuales.

  • Sensación de estar viviendo en “piloto automático” por la falta de reuniones periódicas de seguimiento de proyectos, comités, campañas, entre otras.

Mentalidad de crecimiento:

 Luego de un análisis del negocio, replantear estrategias y renovar objetivos, es importante instaurar y desarrollar una mentalidad de crecimiento en la cultura organizacional, que permita anticipar y superar las turbulencias, también mejorar la resiliencia ante los cambios o desafíos. Por ello, Borja recomienda seguir los siguientes pasos:

 

Comunicar la visión de crecimiento de la empresa de manera clara y convincente, definiendo objetivos de largo plazo, estableciendo KPIs y los responsables de cada misión, que demandará un seguimiento recurrente.

Fomentar y transmitir la búsqueda de oportunidades de mercado, de innovación y creatividad.

Generar un ambiente colaborativo, donde se premie lo colectivo y se minimice el castigo al fracaso, dar seguridad al equipo de compartir ideas y opiniones sin censura.

Establecer objetivos desafiantes que estén alineados con el crecimiento y el propósito de la empresa.

Acción continua para no caer en la monotonía. Mucho tiempo de inactividad, te hace caer en la zona de confort.

Abrazar la tecnología como aliado y no pensar que eso es para “otras realidades” o que aún no es el “momento adecuado”.

Generar una cultura de accountability a través de reuniones periódicas, con tiempos y agendas definidas para ver proyectos y oportunidades, no enfrascarse solo en los resultados del día a día.

El movimiento es vida, lo que no se mueve se atrofia y muere, lo mismo pasa en el ámbito empresarial.