Pinturas anticorrosivas: protección y ahorro

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Las pinturas anticorrosivas son reconocidas como el método más conveniente, desde un punto de vista técnico-económico, para controlar el deterioro por corrosión del hierro y del acero expuestos en ambientes de alta agresividad tales como suelos, medios acuosos y atmósfera.

Establecida la naturaleza electroquímica de la mayoría de los procesos de corrosión, la tecnología de las pinturas anticorrosivas se orienta en el sentido de formular productos destinados ya sea a controlar el desarrollo de las reacciones electródicas o bien aislar la superficie metálica mediante la aplicación de películas de muy baja permeabilidad. Las pinturas ricas en zinc y aquellas modificadas con extendedores y/o pigmentos inhibidores de la corrosión metálica, presentan una mayor eficiencia con relación a otros tipos de recubrimientos. Considerando el concepto de ánodo de sacrificio (protección catódica), se han formulado pinturas que consisten en dispersiones de alta concentración de polvo de zinc de elevada pureza en vehículos orgánicos e inorgánicos.

En estos materiales, cuando se encuentran aplicados en forma de película, existe un íntimo contacto de las partículas entre sí y con la base o sustrato metálico que se desea proteger. La reacción anódica corresponde a la disolución (oxidación, pérdida de electrones) de las partículas de zinc, mientras que la catódica involucra generalmente la reducción del oxígeno (ganancia de electrones) sobre la superficie de hierro o acero. La “presión” electrónica ejercida por el zinc, evita o controla la oxidación del sustrato metálico y teóricamente, el mecanismo protector es similar al correspondiente a una capa continua de zinc aplicada por galvanizado, con ciertas diferencias ya que inicialmente la película de pintura presenta una considerable porosidad. En condiciones de inmersión, el tiempo de protección depende del contenido de zinc en la película y de su velocidad de disolución. En cuanto a los productos de corrosión del zinc, ellos están constituidos por compuestos básicos cuya composición varía de acuerdo a las condiciones ambientales, son generalmente solubles en agua y pueden presentar además estructura amorfa o cristalina.

En exposiciones atmosféricas, las pinturas basadas en zinc que proporcionan productos de corrosión de carácter amorfo se comportan más eficientemente que cuando los mismos son del tipo cristalino; esto se debe a que los primeros obturan mejor los poros y en consecuencia confieren un mayor efecto barrera (reducida permeabilidad). Asimismo, en las pinturas ricas en zinc de satisfactoria eficiencia en exposiciones a la intemperie, se ha demostrado que en todos los casos se forman productos amorfos de corrosión.