Perú cuenta con un territorio productivo extenso y altamente heterogéneo, donde la implementación de soluciones tecnológicas para la seguridad, se convierte en un desafío.
Esto debido a dos motivos, principalmente: 1) la inversión costosa para su implementación y 2) la falta de una infraestructura adecuada con el acceso a la red o conexiones fijas que permitan el funcionamiento de los sistemas de video vigilancia.
Posiblemente, el segundo escenario es uno de los que se viene lidiando año tras año. Esto se refleja en un estudio elaborado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y Microsoft (año 2020), el cual precisa que el porcentaje de conectividad de internet en áreas rurales es dos veces inferior a comparación de las urbanas, con brechas que van desde 2,5 veces.
Esto plantea a la industria de seguridad tecnológica, la necesidad de mejorar la realidad y buscar otras fuentes con un enfoque estratégico e innovador que mejore los estándares en el país. Gonzalo Aravena, Director de Proyectos de Hikvision Perú, comenta que el sector ha dado pasos agigantados y hoy en día el país cuenta con soluciones “independientes” alimentadas a través de energía solar. Estos permiten proteger activos en zonas remotas y rurales (granjas y pesquerías hasta operaciones forestales, oleoductos y gasoductos e incluso parques nacionales) sin demandar una alta infraestructura.
Estas cámaras usan paneles fotovoltaicos, que permiten la captura de los rayos de luz del sol y así se transforman en la principal fuente directa para su funcionamiento y, además, cuenta con baterías de litio recargables de gran duración, por medio de la energía solar, lo cual administra su consumo de manera inteligente, generando un funcionamiento de largo plazo (hasta 7 días en ausencia de luz solar directa), sin interferir las condiciones climáticas extremas.
Finalmente, el ejecutivo indicó que estos avances se adaptan a diversas industrias. Claro está que, este tipo de cámaras funcionan bajo energía solar, por lo que su consumo es menor a comparación de las que usan energía eléctrica. “Es importante que las empresas piensen en innovaciones renovables que, además de resguardar los territorios lejanos o industrias en zonas remotas, generen un impacto positivo en la sociedad”.
