Cómo salvaguardar el agua a través de las amunas

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De no atenderse las necesidades de estrés hídrico, el rápido incremento de la demanda de agua potable, amenaza con superar la capacidad de recursos disponibles.

 Según el Plan Maestro Operativo (PMO) de SEDAPAL, la demanda de agua en el año 2016 fue de 881 hm3, y para el año 2030 aumentaría a 1058 hm3, es decir, un incremento del 20%. Esta alza obedece al acelerado crecimiento poblacional en la ciudad de Lima, que es la segunda ciudad más grande del mundo en un desierto, después de El Cairo.

Este rápido incremento de la demanda de agua potable, amenaza con superar la capacidad de los recursos hídricos disponibles. Por ello, es importante garantizar la seguridad hídrica en la ciudad, así como reducir el riesgo hídrico ante fenómenos naturales que se ven intensificados por el cambio climático, ya que esto permite que la población salvaguarde el acceso sostenible a cantidades adecuadas de agua de calidad, para sus diversos usos y evitar episodios, como el vivido en el año 2017, con el fenómeno del Niño Costero.

Pamela Quino, coordinadora de Aquafondo, Fondo de Agua que desarrolla una visión de la seguridad hídrica compartida y factible, manifestó que este incremento de demanda, conlleva a sobreexplotar los ecosistemas que brindan servicios de regulación hídrica en las cuencas altas, que en algunos casos ya vienen siendo afectados por actividades humanas, como consecuencia, esto genera un desbalance y un estrés hídrico con impactos negativos en la productividad, creando conflictos asociados a servicios deficientes y afectaciones a la salud pública asociados a enfermedades de origen hídrico. En otras palabras, habría un impacto significativo en la salud, agricultura, producción y otros sectores que dependen de este recurso para su normal funcionamiento.

Amunas

En ese sentido, Aquafondo busca desarrollar proyectos, a través de la promoción de inversión para la gestión del agua de las cuencas en Lima, recuperar las infraestructuras naturales, como las “amunas”, un sistema de recarga de acuíferos de la época prehispánica, desarrollada en Huarochirí (sierra de Lima), de la mano con comunidades campesinas ubicadas en la cuenca alta de los ríos Chillón, Rímac y Lurín. Esta técnica contribuye en la recarga de acuíferos que abastecen de agua a todos los habitantes de la cuenca durante la época de estiaje, como una medida de conservación de los recursos y garantizar la seguridad hídrica.

Es por ello que Aquafondo busca desarrollar este tipo de proyectos que tiene una inversión aproximada de 300 mil soles por cada kilómetro rehabilitado, dependiendo de las implicancias del proyecto. “A la fecha, se han identificado en la sub cuenca Santa Eulalia, un total de 66 km de amunas, aproximadamente. Estas se distribuyen en 25 estructuras amuneras. Según datos del Banco Mundial, podrían generar una recarga aproximada de 10 264 320 m3 al año durante la época de lluvias”, manifestó la coordinadora de Aquafondo. En Lima, los distritos con mayor riesgo hídrico son: Ate, Lima (Cercado), Carabayllo, San Juan de Lurigancho, Independencia, Los Olivos y San Martín de Porres, así como Callao, La Molina, Santiago de Surco, Miraflores y San Isidro. Por ello, Aquafondo, Fondo de Agua para Lima y Callao, señala que es necesario generar estudios que identifiquen este tipo de infraestructuras a nivel de las cuencas aportantes a Lima y Callao