Lograr altos niveles de Inteligencia Emocional para el éxito en los objetivos.

Educacion ejecutiva
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Por: Lydia Arbaiza, PhD

Profesora Principal

ESAN Graduate School of Business

Lograr altos niveles de Inteligencia Emocional para el éxito en los objetivos. Hoy en día los ejecutivos de alto rango poseen amplios conocimientos que abarcan desde el dominio de diferentes idiomas hasta de un entorno multidisciplinario.

Tienen la capacidad de tomar decisiones importantes dentro de la empresa y mantener la productividad empresarial gracias a su extensa trayectoria y experiencia laboral. Sin embargo, pueden ser carentes o tener un bajo nivel de Inteligencia Emocional lo cual debilita el manejo efectivo de sus emociones. Tal y como se expuso anteriormente en el primer artículo sobre habilidades blandas.

Todo ejecutivo debe de mantener una Inteligencia Emocional controlada y fortalecida. Larsen y Buss (2005) en su libro “Psicología de la personalidad. Dominio del conocimiento sobre la naturaleza humana” plantea que la influencia que tienen las emociones en los estados anímicos y físicos, inciden en el comportamiento de la persona. Por consiguiente, es importante saber mantener una fortaleza mental para dirigir proyectos bajo presión y sobre todo para interpretar la situación emocional de los trabajadores.

Sin dejar de lado el liderazgo que está fuertemente conectada con esta habilidad debido a su aporte con las relaciones interpersonales, la motivación personal y grupal que finalmente complementa a las características positivas que todo ejecutivo de alto rango debe tener.

Cada persona nace con cierto nivel de empatía hacia los demás, sin embargo, también pueden ser adquiridos a través de las experiencias vitales y la educación. Un Gerente con alta Inteligencia Emocional es capaz de relacionarse con facilidad con su equipo de trabajo y cada miembro con el que interactúa. También, acepta y gusta de ideas nuevas como aporte para el logro de objetivos.

Toma decisiones a partir de pruebas realizadas y errores que le permiten aprender y mejorar. Esta capacidad contribuye al manejo efectivo de sus emociones lo cual les da la oportunidad de lograr eficazmente los objetivos del equipo de trabajo y de la misma organización, además de poder administrar correctamente el tiempo y sostenibilidad de la organización a largo plazo.

De acuerdo con autores como Daniel Goleman, Chi-Sum Wong, Ping-Man Wong y Kenneth Law la Inteligencia Emocional consiste en distintas áreas que pueden desarrollarse. En primer lugar, está el conocer, valorar y saber expresar las propias emociones, es decir, tener conciencia de ellas. Desarrollar la habilidad de entenderlas y expresarlas en el momento indicado, ya que, al no dominarlas se puede alterar situaciones sin razones concientes. En segundo lugar, reconocer y valorar las emociones de las demás, lo cual implica desarrollar sensibilidad para entender y percibir los sentimientos y emociones de quienes te rodean.

Esta área se relaciona directamente con la empatía como base del altruismo lo cual mejora las relaciones con el entorno. En tercer lugar, el manejo de las propias emociones con el fin de expresarlas en momentos y situaciones apropiadas. Esta habilidad ayudará con el control de la ira o irritabilidad lo cual es muy importante dentro de las relaciones interpersonales. Además, les permitirá recuperarse fácilmente de momentos emocionales que resultaron complicados. Por último, usar las emociones con el fin de facilitar y mejorar el desempeño, es decir, motivarse a sí mismo; ya que, las acciones suelen ser impulsadas por las emociones.

Es aquí donde se puede dirigir las emociones y la motivación para el logro de objetivos. Esto les permitirá mantenerse con emociones positivas y por consecuencia lograr ser más productivos, efectivos y tener un desempeño exitoso. La inteligencia emocional empodera a los gerentes y les da la habilidad de intuir lo que su equipo u otros colaboradores requieren para, a partir de esto, ayudarlos con el desarrollo de estrategias para satisfacer estos requerimientos o necesidades. Les permite también, tener éxito en los objetivos que se propongan, tanto en el ámbito personal como laboral y por consecuencia alcanzar altos estándares de satisfacción.

Los gerentes que buscan desarrollar altos niveles de inteligencia emocional, pueden lograr tener una fuerte autoconfianza, mejorar su comunicación, sus habilidades sociales, tener un mejor trato con las personas lo cual es importante al estar en contacto constante con diferentes colaboradores, pero, sobre todo, le ayudará a tener influencia y guiar a su grupo de trabajo al logro de los objetivos planteados por la organización y ser un mejor líder. Ellos también, podrán ser capaces de evaluar las diferentes situaciones u oportunidades dándoles un valor justo y priorizar aquellas que son realmente importantes brindándoles la debida atención.