La importancia de la cercanía en el trabajo remoto

Educacion ejecutiva
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Si bien el mundo empresarial ya se encontraba en desarrollo de un proceso de transformación digital, en mayor o menor medida, dependiendo de la industria y de la realidad de cada mercado regional y/o local, la pandemia del COVID-19, actuó como un catalizador de proporciones inimaginables en este contexto.

De un momento a otro nuestra rutina diaria cambió, de convivir en espacios físicos claramente marcados y divididos, propios de sub-sistemas que poseen propósitos distintos, migramos a espacios virtuales y nos refugiamos en un solo espacio físico donde coinciden las necesidades y propósitos personales, familiares, laborales, sociales, educativos, recreacionales, deportivos, etc. En esta nueva normalidad, el trabajo remoto aparece como la opción de continuidad laboral, y adquiere una importante relevancia a fin de seguir avanzando en el cumplimiento de las actividades del negocio.

Como todo proceso de adaptación, hemos tenido que aprender nuevas formas de hacer cosas nuevas para continuar nuestras labores. Este aprendizaje, que involucra desde aceptar que la rutina cambió, conllevó a desarrollar nuevas habilidades y destrezas para gestionar nuestro tiempo, ordenar horarios y secuencia de actividades; y de cierto modo, intentar mantener el equilibrio de nuestras dimensiones de convivencia: familiar, laboral y social.

Luego de transcurrido seis meses, y con un horizonte aún no muy claro sobre el futuro de las actividades laborales, en su versión antes del inicio de la pandemia, las empresas afrontan el reto de sostener el desafío de adaptación del trabajo remoto y, a su vez, mantener la productividad y motivación de sus colaboradores.

A continuación detallo algunos aspectos que considero se deberán tener en cuenta para lograr este fin:

  1. La importancia de acompañar al colaborador desde una perspectiva de apoyo y balance tanto del plano racional como emocional, ayudando así a su mejor adaptación.
  2. Respetar los horarios de la jornada laboral, propiciando mantener el equilibrio vida-trabajo.
  3. Dotar o validar que el trabajador cuenta con los recursos necesarios, físicos y tecnológicos, para la realización de su labor de forma eficiente.
  4. Desarrollar un plan de capacitación que permita fortalecer las nuevas habilidades requeridas para afrontar este nuevo entorno de trabajo.
  5. Fortalecer el desarrollo de un nuevo modelo de competencias de Liderazgo que se adecúe a esta nueva realidad, orientado a brindar confianza y fortalecer la auto-motivación del colaborador.
  6. Promover a través de los colaboradores la cultura del “Accountability”, descrita como la responsabilidad individual del cumplimiento de funciones, metas y objetivos.
  7. Seguimiento y comunicación bajo un enfoque de interés real con empatía y sintonía.
  8. Análisis de la estructura organizacional, enfocado a la búsqueda de un nuevo diseño que permita una mejor interacción de tipo red colaborativa, menos jerárquica y de mayor impacto al objetivo y resultado del negocio.
  9. Establecer una nueva metodología de evaluación de desempeño, que defina indicadores de cumplimiento individual y colectivos, de fácil identificación y control.  
  10. Fomentar espacios de trabajo colaborativo y participativo orientados a desarrollar de forma ágil y aplicada, nuevas buenas prácticas y propuestas de mejora e innovación.

Si bien podría detallar más aspectos a tener en cuenta con el fin de ayudar a la continuidad del negocio, en este contexto en el cual las empresas están siendo puestas a prueba, empezar por revisar los anteriormente descritos, considero que permitirá elaborar planes de acciones concretos orientados a mantener una relación laboral armoniosa y productiva.

El trabajo remoto llegó para quedarse, y lo que hoy toca, desde el rol de gestión humana, es estar cerca y ayudar a sostener el proceso de adaptación del colaborador, manteniendo el balance racional y emocional, a fin de lograr que este cambio de modalidad de trabajo llegue a su mayor nivel de productividad en el más breve plazo. El ya no estar físicamente juntos, no tendría porque significar que la organización no pueda seguir desarrollándose como un solo equipo unido y motivado, con funciones, metas y objetivos claramente definidos; y, sobre todo, comprometido en intereses y propósitos comunes.

 Mg. Alejandro Reátegui R.

Profesor a Tiempo Parcial

Escuela de Posgrado - Universidad ESAN