¿Podemos exigir la misma productividad a nuestros colaboradores en cuarentena?

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Tener una cuarentena obligatoria nos ha forzado a optar por diferentes métodos de trabajo, pero el reto se encuentra en conseguir el balance entre el trabajo y la familia sin poder salir de casa.

El COVID-19 ha obligado a los peruanos a cambiar su método de trabajo, iniciando una nueva etapa en la que prima el teletrabajo, pero ¿qué tanto podemos exigirles a los colaboradores que continúen laborando en casa mientras deben también ser profesores de sus hijos y organizar el hogar? Primero, se debe tener claro que esta modalidad -más allá de necesitar herramientas como computadoras, internet, acceso al software necesario, procedimientos ad-hoc, etc.- debe realizarse como si estuviéramos en la oficina.

La rutina de levantarse a la hora acostumbrada, asearse, “ingresar” al trabajo, respetar los horarios de comida, tomar un respiro y, sobre todo, “salir de la oficina” a la hora acostumbrada es importante. “Como jefes, nuestra palabra clave debe ser la comunicación. Debemos ser claros desde el inicio con nuestros colaboradores sobre lo que esperamos de ellos y cómo vamos a lograr nuestras metas como equipo. Los status diarios o semanales para ver los pendientes del grupo permiten que todos se mantengan en la misma página, aunque muchos ejecutivos de alto rango no lo consideren”, asegura José Torres-Llosa, socio de Amrop Perú.

Pero además de la comunicación, el equipo debe estar conectado no solo con el cliente, sino entre ellos para evitar la sensación de soledad al estar en sus casas sin tener el contacto habitual de la oficina. Por ejemplo, el 19% de las personas que realizan teletrabajo en Estados Unidos suelen sentirse desmotivados y, por ende, ser menos productivos.

Por eso, la comunicación constante como equipo es fundamental, no solo por teléfono sino también por videoconferencias. “El tema se complica cuando no contamos con espacios que puedan ‘independizarse’ como lugar de trabajo y esto haga más difícil el desvincularse de obligaciones tales como atender a los niños, acompañarlos en su educación virtual, a los adultos mayores y a las múltiples tareas del hogar. Éste sea probablemente el reto mayor para la mayoría de peruanos”, agrega Torres-Llosa.

Es entendible que, al estar obligados a realizar este método de trabajo, al que no estamos acostumbrados en Perú, existan aquellos que sufran y a quienes les resulte más difícil. Por eso, es necesario que como líderes motivemos constantemente a nuestro equipo y sepamos poner un cierre al día para evitar la sobrecarga laboral. “Con esta crisis no sabemos en realidad cuánto tiempo más deberemos permanecer en casa.

Es por ello que los jefes deben mantener la comunicación y, sobre todo, ser comprensivos con la situación de cada uno de sus colaboradores. Esto es vital”, comenta socio de Amrop Perú.